Necedades.
Últimamente no dejo de pensar en los peligros de la vida, en
lo complicada que es la existencia placentera y sosegada de mi alma. Pienso en
mí porque en ti supongo que ya piensas tú. Reflexiono sobre las causas
bondadosas y solidarias de nuestra especie y en sus esfuerzos por hacernos
inmortales. Si pongo la televisión veo innumerables anuncios de comida sana, de
maquillaje anti-arrugas, de ropa de deporte, de miles de cosas beneficiosas
para la salud y para la longevidad. Hay que comer bien, hacer ejercicio,
quitarte de las grasas, sudar, hay que reír y darse cremitas para que la piel
se mantenga tersa. De pequeño pensaba que las únicas que se cuidaban eran las
mujeres y me parecía perfecto, luego aparecieron las cremas para hombres, las
mascarillas y la moda de la depilación. Todo sigue perfecto, y creo que para
mí, y sólo para mí, todo seguirá perfecto por siempre.
El mundo se ha feminizado, que no afeminado. Esta época está
controlada por las mujeres, es una época femenina. No puedo evitar verlo allá
por donde mis ojos pasan, todo se basa en la apariencia, en la longevidad y en
el atractivo. La salud es lo primero, dicen. Para mí no. Yo no quiero ser
inmortal, no quiero ser extremadamente longevo. Yo quiero morir viviendo como
quiero, no quiero aumentar mi vida por aumentarla, no quiero ser atractivo sólo
por el mero hecho de serlo. Quiérete como
eres, pero haz deporte y no fumes, casi ni bebas, arréglate y ve a la moda.
Dependemos cada vez más de los demás. Y me podrás decir tú, porque yo no, que
lo que piensen los demás de la trae al pairo, te la repampinfla, que tú eres tú
y punto, el dueño de tu vida y tu destino, un Dios que pequeñito con sus
defectos, y que por ellos la gente ha de quererte. Yo no digo eso. Yo estoy
influido por la opinión de los demás y no huyo de ello. No soy un pequeño Dios
con ínfulas de todopoderoso, yo soy un hombre limitado que cada vez se
decepciona más con su condición. Sí, me decepciono y me entristezco por haber
nacido así, por ser uno más en un siglo que ya no piensa en nada, que sólo se
deja llevar por la corriente del progreso, que se subyuga al dinero y que sólo
piensa en el éxito social.
En este mundo reducido y colorido todo me parece demasiado
serio. Los problemas cotidianos como el desamor no me parecen tan graves. Creo
que lo peor (y lo mejor) que le ha pasado a la sociedad es la individualización
de la persona. Por eso es todo tan grave cuando nos pasa, por eso nos llevamos
las manos a la cabeza cuando sentimos verdadera empatía. Gritamos y maldecimos
las injusticias, vemos documentales de explotaciones, de esclavitud y nos
rasgamos las vestiduras mientras despotricamos contra la humanidad. Pero se nos
pasa con un Mcdonald's o viendo la nueva películas; ¿te gustó la última de
DiCaprio? ¿A que tú lo habrías hecho de otra manera, a que sí? Sí, sí, no digas
que no, y si no es la de DiCaprio es cualquier otra cosa, porque todos sabemos
hacer mejor las cosas cuando ya están hechas. ¡Qué fácil es corregir el pasado
desde la imaginación.
He dicho que la individualización es lo peor que le ha
pasado a la humanidad, la otra cosa es la democracia. Que van unidas. Pero
claro, no critiques la democracia. Que si viene de los griegos, que si el
pueblo es el que debe gobernar porque es el pueblo mismo el que vive. Yo
critico lo que me dé la gana, y escribo sin ton ni son, sin estructura. Porque
esto no lo va a leer casi nadie, y quien lo lea dirá que él lo haría mejor y
más rápido y más bonito. Pues nada, ya está. Y punto. Pero aparte.
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